
Nicho Candela
Andrea Echeverri




Andrea Echeverri, reconocida por su trayectoria como cantante y compositora, despliega en esta exposición otra faceta fundamental de su creación: la de artista visual y ceramista. Formada en Artes Plásticas en la Universidad de los Andes, se especializó en cerámica en la Escuela de Artes y Diseño de Plymouth, Inglaterra., 1988. Echeverri ha construido una práctica artística profundamente personal, donde la cerámica se convierte en vehículo de reflexión, memoria y resistencia.
El título de la exposición, Nicho Candela, condensa con precisión la poética y la potencia de su propuesta artística. El término nicho remite a un espacio íntimo, devocional, de resguardo y memoria. Es una estructura que contiene, protege y enaltece. Tradicionalmente asociado a los altares populares o a los lugares donde se recuerda lo sagrado y lo amado, el nicho en la obra de Echeverri se convierte en un receptáculo simbólico donde se honra la vida, el cuerpo, la maternidad y la lucha. Por su parte, candela evoca el fuego, la luz, la pasión, pero también la transmutación, la advertencia y la rebeldía: una chispa encendida que no puede ser apagada. Candela es calor, es deseo, es subversión ardiente.Así, Nicho Candela nombra un espacio que abriga y arde al mismo tiempo: un altar donde se reconfigura desde la experiencia cotidiana y corporal de la mujer. Un espacio donde la cerámica no solo guarda memoria, sino que irradia una energía política, poética y erótica.
La exposición reúne obras de distintos momentos de su carrera, conformando un universo donde lo íntimo y lo político se entrelazan. La cerámica, materia viva moldeada por las manos, le permite a Echeverri explorar temas como la maternidad, el cuerpo, la libertad y la crítica al papel de la mujer como objeto o trofeo. En su obra, el barro se convierte en lenguaje de denuncia y celebración.
Cada pieza es un altar a la vida y una llama encendida contra la violencia de género. Con humor, agudeza y ternura, Andrea subraya la potencia de lo femenino, sin renunciar a la sensualidad ni a la crítica social. Su trabajo cuestiona estereotipos, subvierte símbolos y propone nuevos imaginarios donde la mujer no es silenciada, sino amplificada.
Esta exposición es también un canto visual: una extensión del espíritu rebelde y poético que ha marcado su música, ahora traducido en formas, texturas y silencios que hablan desde la tierra misma. En Nicho Candela, el barro es cuerpo, el fuego es voz, y el arte es un acto de resistencia amorosa.
Les damos la Bienvenida a Salón Comunal